Reciclaje: Más allá del plástico

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El reciclaje es una opción fundamental para minimizar, en la medida de lo posible, las afectaciones hacia el ambiente en materia de desechos sólidos y a la vez, darles una mejor cara a las calles del país.

El Día Mundial del Reciclaje se celebra cada 17 de mayo, en Panamá fue instaurado a través de la Ley 59 del 20 de octubre del 2009, donde decreta que las entidades públicas, los municipios, las juntas comunales, los centros educativos oficiales y particulares deben promover esta fecha y realizar actividades alusivas.

Conocer los materiales que pueden conservarse es vital para mermar los índices de contaminación. Con relación a esto, el Municipio de Panamá lidera un programa denominado (MUPA Recicla), cuyo informe emitido en el 2018 arrojó que el 45% de los desechos del distrito de Panamá son residuos orgánicos, 26% papel y cartón, 12% plástico, 8% vidrio y 5% metales.

Kirving Lañas, quien forma parte del Proyecto de Producción Más Limpia de Ministerio de Ambiente, explica que si los residuos se clasifican de forma correcta, se pueden aprovechar para la gestión de materia prima.

Las hojas y cartones si se reciclan de forma adecuada sirven para la confección de empaques para huevos, libretas, entre otros.

En el caso del hierro sirve para hacer piezas de carros, materiales de construcción, utensilios de cocina, entre otros.

El vidrio para botellas y el plástico como nuevas fibras de plástico para disminuir el uso de combustibles fósiles como materia prima.

 

Este ciclo de darle una segunda vida al producto y reinsértalo al mercado local o internacional se conoce como Economía Circular y muchos países apuestan a esto, y Panamá no es la excepción.

 

También están los desechos orgánicos, es decir los de origen animal y vegetal que se generan en la cocina y jardín, una buena forma de aprovecharlo es el compostaje y se recomienda realizar este proceso con residuos de origen vegetal como:

• Restos de frutas
• Te y café
• Pastos, paja, ramas y flores
• Cascara de huevo

Diego Ferro, presidente de la fundación Costa Recicla, expresó que con los desechos orgánicos debidamente separados y tratados se puede producir abono orgánico para mantener todo tipo de cultivos. “Al no generar activamente una separación de desechos (orgánicos, inorgánicos y peligrosos) no solo se desaprovecha, también se fomenta la contaminación activamente”, detalla.

 

Las otras dos “R”

Ferro explicó que conceptos como reducir y reutilizar proveen alternativas fáciles de implementar a las personas que practican estos hábitos positivos, por ende es clave entender las diferencias entre cada uno, para saber cómo aplicarlos y en qué orden.

Primero se habla de “Reducir” (1), este es un concepto que aboga por tener un consumo responsable, es decir, hacer ese cuestionamiento personal internamente para saber si en verdad es necesario realizar la compra de un artículo que fácilmente terminará siendo un desecho.

Luego está “Reutilizar” (2), donde se le brinda una segunda vida a un material que puede ser considerado un desecho a simple vista.

Por último, el “Reciclaje” (3) es el último eslabón en la cadena de los desechos, es clave para garantizar un aprovechamiento de materiales inorgánicos donde la reducción y la reutilización no sean opciones viables en primeras instancias.

 

Miguel Flores, director Nacional de Verificación Ambiental, afirma que hay otros tipos de residuos que son contaminantes o peligrosos y que se puede disponer de una manera apropiada, por ejemplo, el aceite de cocina usado, el cual se recolecta y entrega a empresas que dispongan apropiadamente de este material, igualmente se encuentran los equipos electrónicos que cuentan con diversas piezas y partes, por ejemplo las baterías que pueden llegar a ser muy contaminantes, la “chatarra” y materiales metálicos, entre otros.

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