Operación Águila Harpía: Realizamos el exitoso rescate y reubicación de nuestra ave nacional

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Pasados 15 minutos y ante la mirada atónita de los técnicos, finalmente salió de la caja de transporte, indecisa hacia dónde dirigirse, daba pasos cortos mientras divisaba el entorno, ese bosque húmedo tropical que de seguro le resultaba familiar…

Después de casi mes y medio de arduo trabajo de un equipo interdisciplinario integrado por técnicos del Ministerio de Ambiente, la Policía Nacional y expertos en aves rapaces de la Fundación Rapaces y Bosques, Fondo Peregrino, entre otros, se le proporcionó tratamiento médico, cuidados especiales, elementos para la rehabilitación, vigilancia continua, a una hembra juvenil de Águila Harpía.

El animal de unos 7 u 8 meses de edad, cayó de su nido en las profundidades de la selva darienita y gracias a la intervención oportuna de miembros de una comunidad local, esta fue rescatada y entregada al Ministerio de Ambiente de la Dirección Regional de Darién y de allí, se coordinó su traslado a la ciudad capital inmediatamente.

Una vez recibida en el Departamento de Biodiversidad-Sede Central,  el ave fue evaluada por la doctora Mariana Parks, médico veterinaria de Fauna Silvestre del MiAMBIENTE, determinándose que presentaba una condición delicada con pronóstico reservado,  evidenciándose un severo cuadro de desnutrición, deshidratación, inanición, trastorno musculoesquelético y decaimiento en general; así mismo al practicársele el examen físico, pruebas de laboratorio y exámenes complementarios se comprobó que padecía de un proceso infeccioso aunado a otros trastornos secundarios, razón por la cual fue necesario someterla a un tratamiento médico riguroso y prolongado.

 Para el éxito del tratamiento médico instaurado, se requirió ofrecer una dieta balanceada y especial para la especie, obteniendo así, luego de semanas de intenso trabajo, una evolución exitosa.

 Poco acercamiento y dieta adecuada

Una vez superada esa etapa, el águila harpía se trasladó a un Centro de Rehabilitación ex-situ (campo) con el objetivo de que recupera su peso en un ambiente lo más natural posible y que sirviera de espacio apropiado para un proceso de rehabilitación.

Erick Núñez, jefe del Departamento de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente, informó que la entidad trabajó de la mano de especialistas en rapaces, quienes, con base a su experiencia, brindaron orientaciones técnicas sobre el proceso correcto de cuidado y rehabilitación del animal. En este sentido el Ministerio de Ambiente desea reconocer el invaluable apoyo de José Vargas, Karla Aparicio, Ángel Muela y Marta Curti, expertos en aves rapaces y quienes brindaron el apoyo necesario en la “Operacíón Águila Harpía”. 

Al ser un animal juvenil, el equipo encargado le proveía alimentos, además de observar su comportamiento diariamente a fin de determinar en qué momento estuviera listo para ser reintroducido al sitio de origen.

Algo clave fue reducir en la medida de lo posible el contacto visual prolongado con personas, a fin de evitar la “Impronta”, una condición que consiste en una modificación del comportamiento natural del animal, desarrollando apego y dependencia de las personas.

 Observación previa

José de Jesús Vargas,  biólogo panameño, presidente de la Fundación Rapaces y Bosques de Panamá, además representante del Fondo Peregrino , explicó que antes de liberar al águila se hizo un monitoreo de aproximadamente 15 días en el lugar donde fue encontrado el ejemplar; esto para verificar que la madre y el padre estuvieran llevando comida al nido y asegurar hasta cierto grado, que cuando la cría regresara  el vínculo se mantuviese intacto y los adultos continuaran el proceso natural de alimentación y cuidado de esta.

Una vez se determinó el momento adecuado para su reintroducción, el ave se transportó vía terrestre durante la noche para reducir el estrés, el calor y tomando en cuenta que la vía se encontraba más despejada, por lo que se podía llegar con más prontitud a la zona donde sería liberada.

¿Cómo se registra el ascenso?

Vargas destacó que el recinto en donde fue rehabilitada el águila harpía era lo suficientemente grande para que ella (ave) mostrase que era capaz de moverse de perchas en perchas (sitios donde se posan y empieza a moverse y a ejercitar los músculos), y en efecto lo hizo.

Durante el monitoreo previo a la liberación, se verificó también que existiesen animales presas. Se identificaron: perezosos, monos cari blancos, monos titíes, monos aulladores y otra fauna que le sirve de alimento al águila.

Trabajo en equipo

Justamente las personas de la comunidad fueron quienes alertaron a las autoridades para rescatar al animal, eso fue crucial, para poder actuar a tiempo y salvarla.

Previo a llegar al área de la liberación, personal del MiAMBIENTE y demás equipo técnico, se presentó ante la comunidad local y explicó la importancia del ave y el papel crucial que ellos deben desempeñar en la conservación de esta ave y su hábitat.

Los moradores se mostraron interesados en cooperar y estuvieron divisando a lo lejos el proceso de reintroducción.

Vargas destacó que durante 15 días aproximadamente, colaboradores de MiAMBIENTE, miembros de la Fundación Rapaces y Bosques, además de algunos miembros de la comunidad local, estarán monitoreando las 12 horas de luz, que los adultos lleven comida a la cría; además, cada dos días darán comida asistida a fin de asegurar que el animal no baje de peso, ni se deshidrate.

Javier Chamapuro, dirigente comunitario, detalló que es importante mantenerse unidos, no solo para proteger al águila, sino a otros animales que viven en el bosque como el jaguar. “En estos momentos dejamos a dos personas cuidando la zona donde está el ave, para que nadie más que le haga daño, nosotros mismos vamos a estar atentos a esto”, destacó.

Seguimiento

Días previos a la liberación se le colocó un anillo de identificación y un microchip para seguimiento del ave, en caso que sea encontrada en otra área fuera de la comunidad

En el trayecto hacia el lugar donde se hizo la liberación, hubo una parada para colocarle al animal un GPS, adherido en su espalda, con la finalidad de monitorear sus movimientos a corto y mediano plazo.

“Estamos felices y satisfechos por el trabajo realizado y resultados obtenidos hasta el momento, sin embargo, el proceso no ha finalizado totalmente y por ello estaremos en conjunto con los especialistas dando el seguimiento necesario en campo, a fin de asegurar una reintroducción exitosa de este magnífico ejemplar de nuestra ave nacional”, agregó Erick Núñez, biólogo de MiAMBIENTE.

El Ministerio de Ambiente agradece a  la Fundación Rapaces y Bosques, Fondo Peregrino, la Policía Ambiental, Sección de Inteligencia contra Delitos Ambientales, Autoridad de Aduanas, Clínica Veterinaria Pet Services, Hospital Veterinario de Corozal y moradores locales, por todo su apoyo.

 

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